jueves, 3 de diciembre de 2009

Prisión

Halló un pájaro herido y lo entibió con sus manos
con ternura y mucho amor ella sanó sus heridas
le dio alimento y el agua para su cuerpo dolido
y al espíritu del ave alimentó con caricias.
Él quiso una vez volar y se sintió prisionero
su plumaje fue perdiendo poco a poco su esplendor
ella cortó sus alas para que no se marchara
pues no quería estar sola, porque adoraba tenerlo.


Él comprendió que el precio de ese amor recibido
correspondía a perder, su libertad de volar,
también supo que su huida, significaba dolor
para quien dio tanto amor para curar sus heridas.


Ella creyó que era dueña del ser que desfallecía
Él creyó que su vida a ella pertenecía
así pasaron los días, sin pasiones ni alegrías
cada quien entregó lo suyo, uno el amor, otro la vida



Él apagó su canto porque perdió su alegría
su plumaje perdió brillo porque perdió la ilusión
las horas fueron eternas mientras su cuerpo latía
y así, al morir su alma, el ave también moría.



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