jueves, 3 de diciembre de 2009

Amantes

Cómplices flagrantes del pecado,
ardimos en la llama de esta unión
prohibida y clandestina comunión
cautivos del deseo provocado

Ambos conocemos las razones
ninguno de los dos habló de amor
víctimas sumisas del clamor
que nace en nuestras propias tentaciones

Somos pasajeros de la vida
infieles, por azar o convicción
adictos al deseo y la pasión
culpables sin amor ni despedida

No existen promesas ni mañanas
todas las palabras serán vanas
se trata de un desvío en el camino
y luego cada quien con su destino.

La piel tiene contacto con el alma,
el alma alimenta al corazón
el fuego origina la pasión
la pasión con el amor logra la calma

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