sábado, 28 de noviembre de 2009

No desesperes

Enamorado del amor, del romance y sus matices,
cargo con cicatrices de las heridas de ayer
mas jamás perdí la fe, pues detrás de la tormenta
siempre a brillado el sol para brindarnos calor.

En la mágica visión de las montañas nevadas,
la rosa roja encarnada, las flores de los hibiscos,
el aroma del jazmín, el canto de las cigarras,
las noches de plenilunio y las espigas doradas.

En la luz de las pupilas de un hombre y una mujer,
en un beso, una caricia y en las palabras de amor,
en las caricias de madre, en el aroma del mar,
y en las ardientes promesas de dos que saben amar.

En la belleza del manto que se dibuja en el cielo
con el concierto de estrellas de una noche despejada
en todas las cosas bellas que nos ofrece la vida,
se encuentran los caracteres de la fe y de la esperanza

La vida es como una cesta repleta de fruta fresca,
con una gama variada de aromas y de colores,
los sabores mas sublimes que se puedan percibir,
y en la cimiente guardada la esperanza de un mañana.

Cada rosa tiene espinas que debemos evitar,
cada alborada una noche de total oscuridad,
cada verano un invierno, cada lluvia un día de sol,
cada amor tiene una pena, cada vástago un dolor.

Vivamos hoy mi muchacha por mas que tengamos sed,
mañana vendrá la lluvia a refrescar nuestra boca,
miremos el horizonte donde asoma la esperanza,
de llenar de mil colores las sombras de éste jardín




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