sábado, 28 de noviembre de 2009

Mas allá del horizonte

Volé tras esa estrella que encandiló mis pupilas,
dejé mi vida detrás con su gama de matices,
busqué nuevos sabores, otros aromas de flores,
soñando con otros cielos, mas allá del horizonte.

Dejé mis sueños de ayer queriéndolos olvidar,
dejé mis propios recuerdos, dejé una paloma herida,
un amor que por rutinas, parecía estar dormido
y me bastó con dejarlo para saber que latía.

Por ir detrás de una aurora, olvidé mis atardeceres,
y pretendía olvidarme de mi fiel enamorada,
traicioné mis convicciones mis mas sublimes pasiones
por la promesa de un sueño con sabor a primavera.

Ni bien levanté las alas la nostalgia me invadió,
mas levanté raudo el vuelo rememorando mis sueños,
mas las manos que rozaron mis manos con sus caricias
no eran las manos aquellas que reclamaba mi piel.

El sabor de aquellos besos que dejé tras la partida,
jamás lo pude encontrar mas allá del horizonte,
cada espacio de mi ser reclamaba por aromas,
por miradas, por susurros, por el agua y por la miel.

Volví con el alma herida, maldiciendo mi partida,
me fui queriendo olvidarla y aprendí que la quería,
me esperaba desde el día en que volé tras un sueño
llorando por mi partida, llorando tras mi regreso.

Al buscar allá en el cielo lo que tenía en mis manos,
comprendí que las rutinas pueden cegar la razón,
sentí que debía irme y ni bien estuve lejos,
necesité de su voz, de su piel y sus caricias.


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