sábado, 28 de noviembre de 2009

Fantasía y realidad

El corazón le juega a veces al amor malas partidas,
los sueños, las poesías, las fantasías del alma,
tiñen con mágicas luces los sentimientos vividos,
elaborando castillos en las nubes de la mente.

Uno olvida realidades cuando se envuelve en quimeras,
el alma está siempre alerta para atrapar sensaciones,
de modo que en el ensueño uno alimenta la flama
y se cobija del frío de las reales vivencias.

Uno le llama amor a la embriaguez de las almas,
puede gritarle al mundo que se siente enamorado
flota sobre la tierra olvidándose de todo
para salir a volar con las alas de los sueños.

Uno llega de repente a chocar contra la vida
y al lograr abrir los ojos comprende que ha sido un sueño
uno siente que ha vivido una experiencia divina,
pero la magia termina cuando la música cesa.

Cuando la orquesta termina de tocar la última nota,
la sensación que nos deja es el gozo de sentir
que en una porción de tiempo, sublime como fugaz,
nos despojamos del tiempo y la cruda realidad.

El amor no es poesía ni colores de arco iris,
el amor conjuga ensueños con la vida de verdad,
el amor amasa sueños con dolores y caricias,
es comunión de dos almas que se aprestan a vivir.


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