sábado, 28 de noviembre de 2009

Romance


Cuando el tren de la vida se detuvo,
por la crecida del río de los sueños,
esperando que amainara la tormenta
descendimos al andén de la estación.

Posada le pedimos al destino
en el hotel del bagaje y el ensueño
veníamos de mundos diferentes
buscando ilusiones olvidadas.

Ambos nos buscamos tiernamente
deseando detener esa tormenta
caricias entre sábanas de seda,
besos con aroma de esperanzas.

Fueron cinco las páginas escritas
con la pluma de un amor sin condiciones,
páginas plagadas de secretos
escritas con el fuego y la pasión.

Los días fueron cálidos reflejos
de las hojas arrancadas de un cuaderno
donde escritas con la tinta del deseo
se leían las promesas de un mañana

Solo nos faltaba comprender
que la vida no se asienta en fantasías
que el amor no es tan solo poesía
y la noche con el día se termina

Tan intenso fue el romance que vivimos
que olvidamos por momentos la partida
de ese tren que volvería a los caminos
transportándonos a nuestras realidades

Las aguas retornaron a su cauce
el tren retomó su marcha lerda
ambos retomamos nuestra vida,
transformando aquel romance en un recuerdo.

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