En esa esquina del tiempo donde se encuentra el silencio
con el arpegio más triste que le llaman soledad
se conjugan los recuerdos de los amores perdidos
con los momentos vividos de plena felicidad.
Las alegrías son gotas en el mar de la existencia
al igual que los dolores y momentos de ansiedad
a medida que los años nos causan nuevas heridas
otros cierran cicatrices y nos procuran la calma
Hay heridas que no cierran por mas que pasen los años
hay otras que van cerrando con el transcurso del tiempo
hay momentos de la vida que uno no quiere olvidar
mientras hay otros que nunca, uno quisiera recordar.
La esperanza es la balanza que nos permite seguir
cuando el puñal del destino nos lastima con crueldad
la fe, se convierte en soga para salir del abismo
y lograr de esa manera una nueva oportunidad.
Sin la fe y sin la esperanza, uno se aferra a sí mismo
se envuelve en ese silencio que llamamos soledad
el destino y el azar lo obliga a seguir viviendo
aunque por dentro su alma, le diga que ya está muerto
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