jueves, 3 de diciembre de 2009

La memoria del tiempo

Dibuja un corazón sobre la arena
a orillas de la playa que más quieras
veras que cuando el agua se retira
no habrá del corazón ninguna huella

No creas lo que ves, es un engaño
todo lo que fue, aún existe
quedará estampado en la memoria,
del espacio, o en algún lugar del tiempo

Un monje me contó que cada quien
acarrea una cinta tras de sí,
similar a la estela de un cometa
donde fija toda clase de vivencias

Amores, desamores y desdichas,
hasta el hecho de otorgar una caricia
según sea el estado de su alma
la cinta va cambiando de colores.

Allá en el infinito una maraña
se une y se separa de sus pares
se unen por su gama de colores,
según la incandescencia de su brillo

Según oía al monje en su relato
pensé que en el final de nuestra vida
las cintas viajarán eternamente
unidas por el resto de los años

Hay cintas que jamás podrán unirse
vagarán eternamente solitarias
en cambio otras unidas volverán
a vivir otra experiencia entre la gente



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