sábado, 28 de noviembre de 2009

Penas del ayer

La lluvia dibuja en la tarde con cristalinos hilos de plata,
la sombría melancolía de mi amiga soledad
Errante y ensombrecida como el camino que llevo
va mi alma recogida sin sueños y sin destino

Las luces que parpadean son los recuerdos que llevo
cada gota es una pena que se abate sobre mi
tu adiós aún en mi mente y la fina y fría garúa
se clavan como puñales en mi alma ensombrecida.

¿Dónde habrán ido a parar las promesas de aquel día
cuando los jóvenes años nos tiñeron de poesías?
¿En que recodo del tiempo quedaron aquellos sueños,
que embebidos de ternura fabricamos con ensueño?

El tiempo te arrebató quien sabe por qué razón,
las ilusiones floridas de tu joven corazón,
te cansaste de la vida y no supe darme cuenta,
que ya no estabas conmigo volando por esos cielos

Tu te quedaste dormida en la mitad del camino,
dejándome sin motivos para afrontar mi destino,
Quise arrancarme del pecho las huellas de tus latidos
y comprobé que latías en mi propio corazón.

Sigue cayendo la lluvia en ésta tarde vacía,
el agua corre arrastrando a la orilla de la acera
aquellas hojas caídas dispersadas en el suelo
como se van mis anhelos, como se fuera tu vida.


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